El nuevo canon digital gravará cualquier dispositivo que tenga Netflix o Spotify
La reentrada del nuevo canon digital ha sido un jarro de agua fría a los que creíamos que ya se había dado por muerto. Este nuevo canon que propone el gobierno del PP hará que el precio de determinados productos suba, como es el caso de los discos duros, SSD, tarjetas SD, impresoras, CD, memorias USB, etcétera. Ahora, el gobierno quiere extender la aplicación de este canon a cualquier dispositivo que permita reproducir contenido de plataformas de streaming totalmente legales como Netflix, Amazon Prime Video, HBO Go o Spotify.
Canon digital: gravando las plataformas legales de streaming
La nueva definición que recoge el borrador del canon filtrado por la Asociación de Internautas incluye a las plataformas legítimas de descarga de contenido. Así, esto queda al gusto de las entidades de gestión de derechos de autor que ven como cada vez más usuarios prescinden del formato físico que ellos pueden controlar. Prefieren obtener un dinero de negocios rentables en lugar de competir ofreciendo alternativas legales que faciliten la comodidad de los usuarios con soluciones basadas en servicios de Internet, como son Netflix o Spotify.
El concepto de copia privada es algo etéreo y difícil de definir en la era digital, ya que los archivos son duplicaciones de ceros y unos, que según la ley son perfectamente lícitos si son exactamente iguales que los originales. Los nuevos límites del concepto etéreo de “copia privada” son:
a) Que se lleve a cabo por una persona física exclusivamente para su uso privado, no profesional ni empresarial, y sin fines directa ni indirectamente comerciales.
b) Que la reproducción se realice a partir de una fuente lícita y que no se vulneren las condiciones de acceso a la obra o prestación.
c) Que la copia obtenida no sea objeto de una utilización colectiva ni lucrativa, ni de distribución mediante precio.
Un modelo anticuado y anacrónico en 2017
El modelo de consumo que intentan plantear las asociaciones de gestión de derechos de autor es un modelo que ya en 2003 era injusto y anticuado. En pleno 2017 resulta impactante pensar que lo que van a hacer los usuarios con el contenido de Netflix o Spotify es guardarlo en una biblioteca privada, no entendiendo como funciona la industria ni los patrones de consumo de los usuarios. Cada vez son menos los usuarios que optan por copiar archivos y almacenarlos físicamente, teniendo a proliferar las plataformas de streaming, que por un módico precio permiten acceder a una gran variedad de contenido.
Por otra parte, en el partado b) de esta nueva definición quedan englobados los móviles, ordenadores, tablets o incluso las Smart TV que tengan Netflix o cualesquiera de estas plataformas incluidas en su software o que permitan reproducir este contenido. Así, no sólo se grava el almacenamiento, sino cualquier reproducción, venga de donde venga.
Con este tipo de legislaciones, vemos que la SGAE y los gestores de contenido sujeto a derechos de autor siguen dictando y ordenando al gobierno para que éste redacte las nuevas leyes a su gusto, y que éstas reciban un dinero que no les corresponde simplemente por no saber competir en el mercado. Todas estas presiones al final acaban derivando en que son los ciudadanos los que tienen que pagar.
Via: www.adslzone.net