Ser joven y tener un móvil en la primera década del siglo XXI significaba tener una tarifa de prepago que había que cuidar con sumo cuidado para no gastarla en SMS ni en toques que se fueran demasiado largos. De hecho, este tipo de líneas eran las predominantes hasta el año 2004, en el que fueron superadas por las modalidades de pospago, hasta el punto de que en la actualidad esta modalidad triplica en líneas a prepago. ¿Por qué ha ocurrido esto?

1996: la llegada del prepago a España

En 1993, la única opción que existía para contratar una tarifa móvil era el pago de una cuota mensual obligatoria en modalidad de contrato de un mínimo de 2.500 pesetas (15 euros) y 80 pesetas el minuto (48 céntimos), junto con móviles cuyos precios superaban las 80.000 pesetas (500 euros). Con la llegada del prepago a España en 1996 de la mano de MoviStar, y posteriormente de Airtel, el coste de tener un teléfono móvil disminuyó y permitió que cada vez más población tuviera acceso a uno. En 1997 había en España un total de 4 millones de líneas de prepago.

En 1998 nació Amena, por lo que los tres grandes operadores empezaron a competir en la modalidad de prepago. Esta competencia, unida de por si a unos precios ya bajos, contribuyó al éxito del prepago entre 1999 y 2003. En estos cuatros años, los usuarios de tarjeta pasaron de apenas 9 millones de usuarios hasta los 22 millones en 2003, siendo ese su máximo. El nivel de usuarios de esta modalidad se mantuvo estable en 20 millones entre 2004 y 2011.

Una vez que los operadores consiguieron democratizar las líneas de prepago, el objetivo pasó a ser el de convertir a estos usuarios a las líneas de contrato. En 2005, las líneas de contrato superaron a las de prepago, y desde entonces no han parado de crecer, debido sobre todo a dos fechas clave. La primera fue 2006, año en el que aparecieron los operadores móviles virtuales (OMV), que contribuyeron a que se bajaran los precios en el mercado. La segunda fecha clave fue 2010. Éste fue el último año que vio más de 20 millones de tarifas de prepago. Entre 2010 y 2016 se han perdido 8 millones de líneas (casi la mitad), mientras que las de contrato no han parado de aumentar.

2010: el ocaso del prepago

La causa de esta disminución desde 2010 hasta nuestros días tiene que ver con dos motivos. El primero es que en 2007 el Gobierno aprobó una ley que obligaba a que las líneas de prepago estuvieran asociadas a un nombre, ya que hasta entonces las líneas podían ser anónimas y se utilizaban por parte de grupos criminales. Su entrada en vigor en 2010 supuso una bajada de 700.000 líneas de prepago.

El segundo motivo fue la aparición del smartphone y las aplicaciones de mensajería instantánea, unidas a las tarifas de datos y a la extendida presencia del WiFi en los hogares españoles. Las tarifas de datos de 1 GB de datos y llamadas donde sólo se cobra el establecimiento cuestan 6 euros al mes, y con 1 GB de datos tenemos para hablar en WhatsApp entre 1.000 y 5.000 minutos dependiendo de si estamos en una línea 4G o 2G.

El mes de noviembre de 2016 cerró con 51.223.997 líneas móviles en España. 38,5 millones de esas líneas corresponden a contrato, mientras que 12,5 millones son de prepago. El aumento de las modalidades de contrato es directamente proporcional a la caída de prepago entre 2011 y 2016, habiendo perdido 250.000 líneas sólo en el mes de noviembre.

Y vosotros, ¿tenéis alguna tarifa de prepago? Si la tuvisteis en algún momento, ¿cuándo os pasasteis a contrato?

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