Change.org se está llenando de películas pirata ‘por encargo’
Change.org cuenta con más de 100 millones de usuarios que se dedican, según el foco del portal web, a lanzar sus quejas y propuestas ‘por un mundo mejor’, por así decirlo. Básicamente son peticiones públicas por causas de interés general, en la que cada usuario pone su ‘granito de arena’ por conseguirlo aportando su firma. Pero curiosamente, en los últimos meses el portal se ha llenado de peticiones de películas pirata, algo así como un portal para solicitar piratería por encargo. Y no, no hace demasiada gracia a sus administradores.
Disponible en multitud de países, como comentábamos, en Change.org se hacen peticiones públicas por motivos políticos y sociales, principalmente. De ahí han salido miles de firmas en contra de la política migratoria de Donald Trump, entre otras muchas cuestiones. Pero en los últimos meses en el portal se han popularizado las solicitudes de enlaces a contenidos pirata, películas tanto en torrent como en descarga directa, que en algunos casos duran apenas unos minutos, en otros semanas, y en otros se han visto durante meses.
A Change.org también le afecta la piratería: sus usuarios piden allí que se suban películas pirata
Los enlaces pirata en Change.org no sólo incomodan a los administradores del portal, que se dedican a eliminarlos tan pronto como los detectan, sino también a algunos de sus usuarios. Al tiempo que han crecido las solicitudes de enlaces pirata, también han crecido las protestas por la amenaza de virus y otras formas de malware. Porque, efectivamente, una importante cantidad de estos enlaces lleva a portales web de streaming con malware, algo muy típico en las páginas web que se dedican a la distribución de contenidos que vulneran los derechos de propiedad intelectual. No obstante, también hay usuarios contentos con este tipo de peticiones.
En algunas de las peticiones de películas pirata también se pueden leer quejas por parte de algunos usuarios que han firmado porque, como explican en sus mensajes de respuesta, algunas de estas películas no se pueden conseguir en las plataformas de pago más populares como Netflix, por ejemplo, o iTunes entre muchas otras. Es decir, que también ha servido para protestar contra los medios de distribución legales manifestando, además de lo anterior, una queja pública por los precios de las entradas de cine, o directamente por la diferencia de precio entre los formatos físicos –películas en BluRay y DVD- y los formatos digitales. En definitiva, se puede leer de todo tanto a favor como en contra.
Via: www.adslzone.net