¿Qué es el Internet de las Cosas (IoT) y qué importancia tendrá en el futuro?
El término Internet de las Cosas, Internet of Things, o IoT por sus siglas en inglés, es un concepto abstracto tiene que ver con la posibilidad de que cualquier objeto esté conectado a Internet. Hasta hace unos años, eran pocos los dispositivos que podían acceder a la red, estando esto limitado a ordenadores, teléfonos móviles y tablets. En los últimos años ha aumentado exponencialmente el número de dispositivos conectados a la red, entre los que se incluye todo tipo de aparatos como cámaras de vigilancia, frigoríficos, bombillas, termostatos, coches, sensores cardíacos o detectores de riego.
Internet de las cosas (IoT): tres dispositivos por cada humano en la Tierra
En resumen, el Internet de las Cosas consiste en que cualquier dispositivo tenga acceso a Internet, y, por tanto, una dirección IP. Este es el principal motivo por el que la adopción del IPv6 debería ir potenciándose cada vez más, aunque tal y como vimos hace unos meses España está muy a la cola comparado con otros países donde el IPv6 ya tiene una penetración del 30%, como es el caso de Estados Unidos.
Que un dispositivo como un frigorífico o una bombilla esté conectado a Internet presenta muchas ventajas. Por ejemplo, se puede programar su encendido o apagado para ahorrar electricidad, incluso desde fuera de casa. En la actualidad hay unos 18.000 millones de dispositivos englobados dentro del Internet de las Cosas, y para 2020 se espera que esa cifra alcance los 50.000 millones (7 dispositivos por cada ser humano en la Tierra)
Relacionado:https://www.adslzone.net/2017/02/04/samsung-apostando-internet-cosas-nuevas-adquisiciones
En los próximos años estos dispositivos ganarán popularidad en la casa (frigoríficos, bombillas), en la industria (máquinas controladas de manera remota), en el sector sanitario (sistemas de monitorización remotos), o estaciones meteorológicas y sensores ambientales. Se espera también que el campo de la automoción cambie radicalmente con el Internet de las cosas, conectando farolas y semáforos a Internet, y que los coches puedan conocer su estado en tiempo real. Los coches cada vez serán más autónomos y se comunicarán entre sí de manera automática. Se espera que para el año 2020 haya 250 millones de coches conectados a Internet.
Eficiencia y seguridad: las claves para la mejora del IoT
Para mejorar la eficiencia de estos dispositivos, cada vez se hacen sensores y procesadores pensados para este tipo de dispositivos, con un consumo muy bajo y unos sistemas operativos adaptados (como Android Things o Windows 10 IoT Core). Los procesadores ARM son ideales para este tipo de dispositivos, con un bajo consumo y la posibilidad de tener chips SoC con multitud de funciones integradas, tal y como ocurre en los procesadores de nuestros teléfonos móviles. Además, cada vez hay más métodos de comunicación de bajo consumo, como el Bluetooth 4.0 y posteriores, WiFi 802.11ah y dentro de unos años, el 5G.
La seguridad es uno de los principales problemas que están presentado estos dispositivos. Mientras que en un ordenador o en un móvil la seguridad es algo que se mira con lupa y se lanzan constantemente parches de seguridad, en los dispositivos del Internet de las Cosas esto no es así. Además de no actualizarse, sus contraseñas de acceso suelen ser tan simples como “1234”, “0000” o “admin”, abriendo la puerta a que cualquiera use estos dispositivos con fines espurios, como ocurrió con el botnet Mirai, que permitió lanzar un ataque DDoS a DynDNS que bloqueó algunas de los servicios más populares de la red como Twitter, Netflix, PayPal o Spotify utilizando cámaras de vigilancia.
Via: www.adslzone.net