A medida que va pasando el tiempo y el consumo de todo tipo de contenidos vía streaming legales, cadenas de televisión de pago por visión, etc, se van convirtiendo en algo cada vez más habitual, lo cierto es que los costes por las suscripciones a ese tipo de servicios ha ido disminuyendo paulatinamente a medida que el número de clientes ha ido en aumento. Sin embargo y a pesar de todo ello, un elemento que sigue muy vigente en todo lo que rodea Internet es, como no, la piratería.

Y es que a pesar de que hoy en día ya puedes disponer de cientos de series y películas en los portales de contenidos vía streaming, por menos de 10 euros, precio muy similar al que se puede pagar en la actualidad por disponer de todo el fútbol, hay mucha gente que sigue considerando que porqué pagar por algo que de momento aún se puede conseguir gratis. Hasta la fecha hemos podido escuchar en multitud de ocasiones los ataques de los diferentes grupos antipiratería hacia uno de sus principales enemigos en este sentido, nos referimos a las redes P2P y sus correspondientes clientes que hacen de interfaz para que los usuarios puedan compartir todo tipo de contenidos, tanto legales como ilegales.

El protocolo más conocido y usado en estas tareas es BitTorrent, como todos ya sabréis, aunque a pesar de la guerra en la que se encuentra inmerso contra los defensores de los contenidos con copyright, ya lleva muchos años entre nosotros. Algo muy similar ocurre con los miles de portales con enlaces torrent para acceder a estos vídeos con derechos de autor o las páginas que los ofrecen, de manera totalmente gratuita vía streaming.

Las medidas legales más habituales para luchar contra este tipo de prácticas son el cierre de dichos portales por orden judicial, el corte de acceso a las redes P2P, las amenazas directas por carta a los usuarios «infractores», etc. Sin embargo cuando uno de estos elementos cae, a las pocas horas, o días, en la Red aparecen otros cien.

Piratería de eventos deportivos

Si nos centramos en el consumo, o visionado, ilegal de eventos deportivos, en nuestro país es de sobra conocido el caso de Rojadirecta, que tras años de litigios, parece que finalmente han logrado que deje de emitir este tipo de retransmisiones de pago. Del mismo modo a través de diversos add-ons de uno de los centros multimedia más usados del planeta, Kodi, podemos tener acceso inmediato a este tipo de eventos de pago en directo, evidentemente sin realizar desembolso alguno. De ahí precisamente la «guerra» que diversos grupos antipiratería han comenzado, hace ya unos meses, contra los vendedores de dispositivos set-top-box con este software preinstalado y listo para emitir contenidos «ilegales» relacionados con la piratería.

Lo curioso del tema es que, con todas las medidas que se toman en este sentido para acabar, o al menos intentar que disminuya, el consumo de estos contenidos, películas, series, eventos deportivos, software, libros, música; los caminos alternativos para seguir con sus prácticas por parte de los usuarios, va en aumento.

Aunque ya lleva un tiempo sucediendo, ahora parece que el uso para compartir determinados contenidos de pago a través de la quizá sea la red social más usada en el planeta, Facebook, se está extendiendo como la pólvora. Y es que mientras que algunos usuarios comparten eventos de tipo personal con el fin de hacer partícipes a sus contactos de estos, otros lo hacen, por ejemplo, con eventos deportivos por los que las cadenas cobran un dinero a sus suscriptores, en este caso gratuitamente, claro.

Facebook utilizada para la piratería de contenidos

Sirva como claro ejemplo de la trascendencia que este tipo de acciones están teniendo en los últimos meses, lo sucedido recientemente con el esperado combate de boxeo entre los australianos Anthony Mundine y Danny Green. Inicialmente el canal de televisión de pago Foxtel estaba preparado para dar un auténtico festival a sus clientes, pero poco después de dar comienzo el evento, pudieron comprobar que a través de la mencionada red social propiedad de Zuckerberg, había decenas de miles de personas disfrutando del mismo de manera gratuita, algo que evidentemente no hizo demasiada gracia a la cadena televisiva.

Pero es que claro, teniendo en cuenta que el precio impuesto por la cadena para ver el combate era de casi 60 dólares, muchos se vieron «obligados» a buscar otras alternativas. Como hemos dicho, es cada vez más habitual que las retransmisiones deportivas no autorizadas en vivo aparezcan en las redes sociales, sin embargo esto es algo que cada vez se está masificando más, de hecho lo sucedido el viernes en Australia supuso uno de los récords hasta la fecha.

En concreto, un usuario de Facebook llamado Darren Sharpe, que estaba transmitiendo el combate a través de su cuenta vía streaming, llegó a tener más de 150.000 visitantes simultáneos. Esto no pasó desapercibido para diversas entidades, por lo que en seguida Foxtel se apresuró a localizar a esta persona durante el mismo combate para que cortase la retransmisión. Sin embargo Sharpe consideró que no estaba haciendo nada ilegal ni relacionado con la piratería, por lo que se negó a cortar el streaming alegando que no podían hacer nada contra el. De hecho algo muy similar sucedió con Brett Hevers, otro usuario de Facebook que igualmente superó los 150.000 espectadores en su emisión y que tampoco piensa que estuviese haciendo nada malo.

Evidentemente tras estos sucesos, la propia cadena de televisión tiene pensado interponer una serie de acciones legales contra estos dos usuarios por lo sucedido el pasado viernes durante el combate de boxeo. De hecho en la cadena consideran que se ha llevado a cabo una ofensa criminal contra la ley de derechos de autor, por lo que, tal y como ha anunciado el director general de la propia cadena, Peter Tonagh, estos usuarios de la red social se enfrentarán a acciones legales en un futuro próximo.

Ahora ya solo toca esperar lo que dictamina la Ley ante este hecho, aunque sin duda este tipo de retransmisiones «ilegales» a través de redes sociales parece que se están convirtiendo en otro frente de batalla para las organizaciones que luchan contra la piratería en la actualidad.