Microsoft hizo todo lo posible para que los usuarios de Windows 7, Windows 8 y Windows 8.1 actualizaran a Windows 10 durante el primer año de lanzamiento del sistema operativo, ya que esto se podía hacer de manera totalmente gratuita hasta el 29 de julio de 2016. ¿Se equivocó Microsoft dejando sólo un año para actualizar a su nuevo sistema operativo?

Windows 10 sigue estancado desde que acabó la actualización gratuita

Lo cierto es que durante los 12 meses en los que se pudo actualizar a Windows 10 de manera gratuita, el sistema fue ganando enteros de manera imparable, hasta alcanzar en agosto de 2016 el 23% de cuota de mercado, mientras que Windows 7 se situaba líder con más del doble, el 47%.

Desde entonces, y al acabar el periodo de actualización gratuita, el crecimiento sostenido del 2-3% mensual se paró de golpe, hasta alcanzar en la actualidad el 25% de cuota, mientras que Windows 7 se mantiene inamovible entre el 47 y 48%. Incluso en el mes de septiembre la cuota de Windows 10 disminuyó en favor de Windows 7, probablemente porque algunos usuarios actualizaran y volvieran a Windows 7 para tener la posibilidad de actualizar en un futuro en el caso de que quisieran cuando el sistema fuera más estable o tuviera más funciones.

La cuota de Windows 10 disminuye en Steam

Un determinado colectivo de usuarios abrazó inicialmente la última versión de Windows de manera muy positiva. Hablamos de los usuarios de Steam, donde Windows 10 estaba a finales de 2016 con una cuota superior al 50% frente al 34,3% de Windows 7. Sin embargo, en el último mes ha sucedido algo inesperado; Windows 10 ha disminuido su cuota un 0,52% en ambas versiones de 32 y 64 bits, mientras que Windows 7 ha aumentado un 0,86, pasando a tener Windows 10 una cuota del 49,67%, por debajo del 50% que había conseguido, y un 35,1% Windows 7.

Son diversos motivos los que pueden estar detrás de esto. El primero, es que cada vez más usuarios se montan un ordenador desde cero, y prefieren de primeras elegir Windows 7, ya sea porque tienen una licencia, o porque es menos exigente en cuanto a requisitos del sistema. Windows 10 suele venir equipado por defecto en los portátiles que se compran en la actualidad, pero cada vez son más las marcas que ofrecen la posibilidad de comprarlo sin sistema operativo, y las claves de Windows 7 son más baratas que las del 10.

Otro factor que inicialmente hizo actualizar a algunos usuarios a Windows 10 fue DirectX 12, que sobre papel tenía muy buena pinta, pero que en la práctica ofrece incluso peor rendimiento en casi todos los juegos en tarjetas gráficas NVIDIA, y ganancias marginales en tarjetas AMD. Así, uno de los principales alicientes para jugar en Windows 10 desaparece, ya que los juegos rinden prácticamente igual en ambos sistemas operativos.

A pesar de esto, es probable que la bajada sea algo puntual, y que en los próximos meses Windows 10 aumente, sobre todo por la gran cantidad de funciones que Microsoft va añadiendo al sistema, como la próxima Creators Update del mes de abril. Además, según pudimos comprobar a principios de enero, todavía se puede actualizar a Windows 10 de manera gratuita desde Windows 7, pero esto no está publicitado de ninguna manera, y por tanto los usuarios no son conscientes de esta posibilidad. Veremos si funciones como el Game Mode consigue atraer a más usuarios. La función, de momento, no ofrece ganancias reales de rendimiento en su fase beta, tal y como avisamos en su momento.