Nuestro móvil encierra todo lo que rodea nuestra vida: fotos, vídeos, conversaciones escritas y de voz, aplicaciones bancarias, y básicamente todo lo que hacemos cuando interactuamos con Internet. Existen diversos métodos para proteger nuestros dispositivos, como el lector de huellas, contraseñas, pines o patrones, pero de poco sirve si le damos acceso total a alguien con nuestro consentimiento.

Hasta 18 aplicaciones espía instaladas en el móvil

Esto es lo que hizo una mujer en Merida con su entonces marido, el cual ya ha sido detenido por la Policía. Antes de separarse, el marido, un hombre de 50 años, le instaló hasta un total de 18 aplicaciones diferentes para espiar su móvil antes de que se separaran. La instalación de aplicaciones se hizo cuando la mujer adquirió el móvil, un terminal de gama alta, y se lo dejó a su marido para que “se lo pusiera a punto”.

Con el tiempo, la mujer fue notando que desde que compró el móvil éste tenía un funcionamiento extraño, como un consumo excesivo de batería y datos, conexión compartida, desaparición de fotos y aplicaciones sin razón aparente, y ruidos e interferencias al realizar llamadas (que suele ocurrir cuando una línea está “pinchada”).

Con respecto a las llamadas, un familiar de ella le alertó de que había escuchado una conversación telefónica de ella con otra persona, lo cual hizo que la mujer atara cabos y llevase el móvil a la Policía Nacional para que lo analizaran en detalle. En el análisis pudieron comprobar cómo había aplicaciones que daban acceso a terceros sobre la información almacenada en el móvil, así como una aplicación espía que permitía a su exmarido controlar de manera remota y desde cualquier ordenador el móvil.

Las aplicaciones estaban ocultas

Junto con las aplicaciones espía, el exmarido había instalado también una aplicación para ocultar todos los iconos de las demás aplicaciones espía que había instalado para que la afectada no pudiera saber a primera vista cuáles eran las aplicaciones que había instaladas. Esto se podría haber sabido yendo a Ajustes – Aplicaciones, o viendo cuáles eran las que había instaladas en el móvil desde la tienda de aplicaciones (no sabemos si el móvil era Android o iPhone).

Para instalar todas estas aplicaciones era necesario tener acceso físico al terminal, por lo que la mujer no tardó en averiguar que había sido su marido el que le había instalado todas esas aplicaciones cuando aún eran pareja. Después de ello, la policía procedió a detener al exmarido, al cual se le acusa de dos delitos; uno de revelación de secretos, y otro de violencia de género.

Por tanto, vemos que no es necesario encontrar fallos para habilitar ejecuciones remotas de malware, y que sólo basta que nos despistemos un momento para que cualquier persona aproveche para instalar aplicaciones o espiar nuestro móvil. Por ello, os recomendamos que tengáis cuidado con dónde dejáis vuestros móviles, y si lo hacéis, que sea con algún método de protección. Si la mujer hubiera leído la siguiente guía, podría haber cazado mucho antes a su exmarido.