Todos los sectores cuentan con sus tasas específicas que van más allá del habitual impuesto de sociedades que deben pagarlas empresas. La creación de estas tasas busca generar un equilibrio en el país, pero la cosa puede llegar a descontrolarse si cada uno (estado, autonomías y localidades) imponen sus tasas libremente. En España las operadoras reclaman una rebaja de la presión fiscal específica, actualmente el triple de la que soportan las empresas europeas del mismo sector.

¿Os acordáis de la tasa al ADSL para financiar al cine catalán? Pues de esas tenemos bastantes en nuestro país. Los grandes operadores de telecomunicaciones, es decir, Movistar, Orange y Vodafone, están reclamando al gobierno una reducción de la presión fiscal específica a la que están sometidos. En tasas locales, autonómicas y estatales exclusivas para su actividad (sin contar el impuesto de Sociedades), las operadoras pagan un 3,4% de sus ingresos anuales.

Solo Francia nos supera con un 4,1%, pero el resto de países de la Unión Europa soportan tasas específicas que solo les suponen el 1% de sus ingresos anuales, es decir, tres veces menos que en España. El sector de las telecomunicaciones español es el más pequeño de las grandes economías europeas, pero el segundo que más paga.

¿Cuántas tasas pagan las operadoras españolas?

Orange ha sido una de las últimas en poner el grito en el cielo al señalar que en 2016 pagó casi el 4% de sus ingresos, unos 200 millones de euros, en tasas específicas del sector. Telefónica paga más del 3% de sus ingresos anuales, mientras Vodafone confirma que las cifras se mueven en ese baremo, sin concretar el porcentaje exacto.

Las telecos pagan un total de 20 tasas singulares más allá del Impuesto de Sociedades. Creen que el pago de estos cánones juega en contra de mejorar los despliegues de fibra óptica y de otras tecnologías que contribuyan a la transformación digital de nuestro país. A nivel estatal, las compañías pagan un 2 por mil en forma de tasa general de operadores para financiar la CNMC.

El sector abona también una tasa de reserva del dominio público radioeléctrico y una tasa de numeración. También se han pagado más de 2000 millones de dólares en subastas de frecuencias. Por si fuera poco, existe otra tasa para financiar RTVE sin publicidad. Y por si no fuera poco, tenemos muchas tasas autonómicas y locales como la del cine catalán o la  tasa a las infraestructuras que las compañías tienden en suelo público para el servicio de móvil de Madrid (ya copiado por 130 municipios).