Hace unos días, Estados Unidos empezó a impedir a determinados países la posibilidad de llevar en cabina dispositivos electrónicos como tablets o portátiles, pudiendo llevar en cabina sólo móviles o dispositivos médicos. Casi inmediatamente le siguió Reino Unido en este bloqueo, el cual algunos países europeos están estudiando a falta de obtener más información.

Bloqueo de dispositivos electrónicos en varios países del norte de África y de Oriente Medio

Entre el listado de países que no pueden llevar estos dispositivos en cabina en vuelos directos a Estados Unidos por motivos de seguridad se encuentran Jordania, Egipto, Turquía, Arabia Saudí, Kuwait, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. En el caso de Reino Unido, el bloqueo no se realiza en Emiratos Árabes Unidos ni en Catar.

Estados Unidos no quiso inicialmente compartir demasiada información con la Unión Europea sobre los motivos que le llevaron a implantar este bloqueo, pero al parecer van a tener que hacerlo si quieren convencer a los países europeos de implantar medidas similares, porque si alguien quiere volar a Estados Unidos con cualquier dispositivo en cabina, lo único que tiene que hacer es una escala en una ciudad europea que vuele a Estados Unidos, como París, Amsterdam o Frankfurt.

El culpable de los bloqueos: un plan para atentar con un iPad bomba

Ahora, conforme se va revelando nueva información, se ha sabido que todo el revuelo que ha resultado en estas prohibiciones ha venido originado por varias causas. Una de ellas es que se descubrió un plan para hacer explotar un avión en el aire con explosivos escondidos dentro de un iPad bomba, haciéndolo pasar por uno real. Los datos referidos a la fecha en la que iba a ocurrir, así como el país de origen del vuelo, se mantienen ocultos por motivos de seguridad.

Este tipo de métodos llegan después de que haya habido intentos fallidos por parte de los terroristas de crear zapatos bomba o ropa interior bomba. El fin de estos intentos es provocar una explosión en la cabina cerca de una puerta o de una ventana, con el fin de despresurizar la cabina y provocar un accidente aéreo. En el compartimento de equipaje esto es más difícil de provocar, ya que la posición del explosivo puede variar, además de amortiguarse con el resto del equipaje.

Con estas prohibiciones, los países de destino se aseguran que los vuelos hacia su país no van a contener explosivos en la cabina que puedan poner en peligro a sus tripulantes. De ser cierta esta información, no sería raro que esta prohibición se extendiera a países europeos, donde las normas de aviación suelen ser homogéneas para todos los países miembros, sobre todo en materia de prohibiciones como esta.

En febrero del año pasado, un vuelo en Somalia sufrió una explosión de una bomba escondida en un portátil que hizo un agujero en la cabina, lo cual hizo que el avión tuviera que aterrizar de emergencia y provocó la muerte del terrorista suicida. Por suerte, el avión no volaba a una elevada altitud, donde la explosión habría provocado daños estructurales graves. Este tipo de acciones nos muestran que hay motivos para creer que puede haber un peligro real de que ocurran estos ataques con iPad bomba.