¿Qué diferencia hay entre un procesador Intel Core i3, i5 e i7?
A la hora de comprar un ordenador, el procesador que elijamos es clave dependiendo del rendimiento que queramos obtener de él y de para qué lo vayamos a usar. En el caso de los procesadores Intel, encontramos que tenemos tres gamas principales bien definidas: Los Intel Core i3, i5 e i7. ¿Qué diferencias hay entre cada uno de ellos?
Diferencias entre Intel Core i3, i5 e i7
Hay grandes diferencias de rendimiento entre unos y otros procesadores, las cuales se pueden intuir de primeras si nos fijamos en el precio. Entre ellas, encontramos el número de núcleos, la frecuencia a la que funcionan, la cantidad de memoria cache, el HyperThreading, y la potencia de la tarjeta gráfica integrada en estos.
Número de núcleos
El número de núcleos lleva desde hace una década siendo de dos o más en casi todos los procesadores debido a que las cargas se reparten mejor. En los procesadores de ordenador para consumidores, encontramos que los i3 tienen 2 núcleos, mientras que los i5 y los i7 tienen 4 núcleos. Cuantos más núcleos, más eficientemente se podrán realizar varias tareas a la vez.
Memoria cache
La información se almacena en tres capas de memoria. Tenemos el almacenamiento físico del ordenador, como un disco duro o un SSD. Cuando abrimos un programa, éste pasa del almacenamiento a la RAM, por lo que esta es la razón de que un SSD abra un programa en menor tiempo; la velocidad de lectura es mucho mayor que en un disco duro. La RAM trabaja de manera conjunta con el procesador, guardando la información que va procesando en ella gracias a que la velocidad de acceso es muy rápida (de unos 18 GB/s).
Más rápido aún que la RAM, encontramos la memoria cache, la cual está dentro del propio procesador. Ésta suele ser de unos pocos MB de capacidad, y en ella se almacenan datos que el procesador necesita de manera constante. Cuanto más potente sea el procesador, mayor suele ser la cache. Un i3 tiene entre 3 y 4 MB de cache, un i5 tiene entre 4 y 6 MB, y un i7 suele tener 8 MB de cache. La RAM minimiza la interacción con el disco duro/SSD, y la memoria cache de la CPU minimiza la interacción con la RAM.
HyperThreading
Hace unos meses ya explicamos lo que es el HyperThreading. Básicamente, esta tecnología divide un núcleo físico en dos núcleos lógicos, más conocidos como threads o hilos. Gracias a ello, un procesador de 2 núcleos funcionará como uno de 4, y uno de 4 funcionará como uno de 8. Curiosamente, son los i3 y los i7 los que tienen esta característica, mientras que los i5 no tienen HyperThreading.
Es importante tener en cuenta que un núcleo físico es más potente que uno virtual. Así, un procesador i5 de 4 núcleos reales va a ser siempre más potente que un i3 de 2 núcleos físicos y 4 virtuales.
Frecuencia y Turbo Boost
La frecuencia de un procesador es el número de ciclos de reloj que puede realizar un procesador en un segundo. Un chip a 3,5 GHz puede hacer 3.500 millones de ciclos de reloj por segundo. En algunos casos, la frecuencia en GHz de algunos procesadores i3 es superior a la de procesadores i5 e i7. Esto no quiere decir que el i3 sea más potente, ya que los i5 y los i7 tienen lo que se conoce como Turbo Boost.
El Turbo Boost permite que el procesador suba su frecuencia durante una cantidad determinada de tiempo en el caso de que sea necesario, funcionando a frecuencias más bajas cuando esto no sea así. Un i3-7300 funciona a 4 GHz, mientras que un i5-7600 alcanza los 3.5 GHz. Sin embargo, gracias al Turbo Boost, el i5-7600 llega a alcanzar los 4,1 GHz cuando hace falta.
Tarjeta gráfica integrada
Prácticamente todos los procesadores de Intel incluyen una tarjeta gráfica en su interior, lo que hace que sus chips sean ideales para portátiles, al no requerir una tarjeta gráfica dedicada para funcionar, así como en un ordenador de sobremesa podemos estar un tiempo sin tarjeta gráfica dedicada por avería o porque la hayamos vendido a la espera de comprar una nueva.
En las últimas gamas, Intel ha homogeneizado las tarjetas gráficas que incluyen sus procesadores, y encontramos la HD 630 en todos los procesadores i3, i5 e i7 de ordenador y algunos de portátiles, mientras que la HD 620 queda relegada a unos pocos procesadores para portátiles.
Letras y sufijos
Además de la diferente numeración en los procesadores, al final de cada uno de éstos suele aparecer. Básicamente, encontramos seis terminaciones diferentes, algunas de las cuales podemos encontrar combinadas como suele ser el caso de los HQ de portátiles, los cuales son menos potentes que los modelos equivalentes en sobremesa.
- H – Tarjeta gráfica Intel de alto rendimiento incluida en el chip.
- K – Procesador desbloqueado para overclocking.
- Q – Cuatro núcleos físicos.
- T – Optimizado para procesadores de escritorio.
- U – Bajo consumo, encontrado normalmente en ultrabooks y tablets, más lentos que los chips de los portátiles.
- Y – Baja potencia, pensados para móviles y portátiles poco potentes.
Conclusión: ¿qué elegir entre un i3, i5 e i7?
Los i3 son lo mejor si buscas un bajo consumo y te vas a limitar a hacer tareas simples de ordenador que no exijan demasiada potencia (y pocas a la vez), así como si sólo vas a jugar a juegos poco potentes y con tarjetas gráficas muy básicas. Si tienes pensado jugar y tu presupuesto es ajustado, lo mejor es un i5, que ofrece la mejor relación rendimiento-precio.
Si el dinero no es un problema, lo mejor es optar por un i7, ya que obtendrás el mejor rendimiento tanto en juegos como en tareas exigentes de procesador, siendo los i7 también la mejor opción para la multitarea.
Via: www.adslzone.net