En pleno 2017 nos encontramos sumidos por completo en la era digital, donde el cine, la televisión, la música y la fotografía pasan por ceros y unos. A pesar de ello, son muchos los usuarios que se decantan por seguir consumiendo contenido analógico, como es el caso de la música a través de vinilos. ¿Qué sentido tiene?

Cine y videojuegos: ¿batalla perdida para lo analógico?

Utilizar contenido digital para nuestro entretenimiento tiene muchas ventajas: podemos enviarlo a cualquier parte sin tener que depender de un formato físico, y lo podemos tener de manera inmediata haciendo copias exactas, además de que siempre va a ser el mismo por mucho tiempo que pase. En el caso del contenido analógico, nos encontramos que éste puede sufrir deterioro con el paso del tiempo. Las fotografías y diapositivas pierden color y se degradan, al igual que las películas.

Por ejemplo, encontramos que muchas películas clásicas grabadas en formato analógico han podido ser restauradas a Full HD e incluso algunas a 4K, gracias a que la calidad del máster original lo permitía, ofreciendo el rollo de cine una resolución similar a esa. Una película digital grabada a una determinada resolución no va a poder ser restaurada a una resolución superior por mucho que se intente.

Aun así, con la llegada del HDR y mejor luminosidad, las películas digitales van a ir desterrando a las analógicas cada vez más en el cine. En el hogar, innovaciones como el HDR o el 4K sólo se pueden disfrutar a través de señales digitales con cables como el HDMI y el DisplayPort, por lo que es una batalla perdida para lo analógico.

Los videojuegos también fueron sustituidos por la señal digital. Mientras que PlayStation 3 ofrecía la posibilidad de usarla en televisión analógica, PlayStation 4 ya sólo cuenta con HDMI. Las tarjetas gráficas de PC ya no son compatibles con entradas analógicas. Usar una señal analógica en una televisión digital es una experiencia poco recomendable.

Música y fotografía: donde lo analógico sí es mejor

En el caso de la música, los vinilos están volviendo a ganar popularidad gracias a la gran calidad de sonido que ofrecen. En el medio digital, la máxima calidad de sonido sin compresión que podemos encontrar la ofrece el formato FLAC que, aunque ofrece una excelsa calidad de sonido, es difícil de igualar a lo que ofrece el vinilo, siendo esta una de las pocas situaciones donde lo analógico supera en calidad a lo digital.

Aun así, el sonido analógico también presenta algunos inconvenientes. El caso más sencillo lo tenemos con el conector jack de 3,5 mm. Cuando lo conectamos al móvil, y paramos una canción que estemos escuchando, podemos escuchar un “siseo” que no está presente cuando conectamos unos auriculares USB.

Otra de las situaciones donde lo analógico mejora a lo digital es en la fotografía, aunque sólo en el caso de las cámaras con sensor de formato medio. Este formato ofrece en torno al doble de superficie que una cámara réflex Full Frame, o alrededor de 12 veces más superficie que la cámara de un móvil. Las películas de 35 mm ofrecen el equivalente a unos 25 MP, y con sensores más grandes, la calidad de imagen es superior si se usa el equipo de revelado adecuado. Para amateurs, lo más eficiente son las cámaras digitales.

En definitiva, lo analógico tiene todavía mucha vida por delante dependiendo del formato y contenido del que estemos hablando. El avance de lo digital no ha podido todavía con algunas ventajas que ofrecen determinados formatos analógicos, pero es cuestión de tiempo que esto cambie.