Microsoft Edge es el navegador por defecto en Windows 10, y desde siempre es la principal herramienta para ir a descargar Chrome o Firefox nada más instalar Windows. Más allá de usos limitados como ver conferencias de Apple o ver contenido con H.265, Edge es un navegador muy limitado en funcionalidades, además de no poder hacer cosas básicas que en otros sí se puede. En total, vamos a recopilar las 5 más importantes.

Sigue siendo más lento que Chrome o Firefox

A pesar de que Microsoft destaque la velocidad de Edge, el navegador sigue muy por detrás de lo que ofrecen en la actualidad otras opciones como Firefox (sobre todo tras Quantum) o Chrome. Por ejemplo, el navegador tarda más tiempo en cargar nuevas páginas o en abrir nuevas pestañas (esto último se puede mejorar poniendo que cargue una página en blanco en lugar de las páginas sugeridas)

Menú contextual muy limitado

Este es uno de los fallos más grandes del navegador en la actualidad. Cuando hacemos click derecho en una web, tan sólo nos aparecen opciones como seleccionar todo, imprimir o leer en voz alta. No tenemos ninguna opción para refrescar la página web o para guardarla en un archivo HTML, así como tampoco podemos volver hacia atrás o pasar hacia delante como sí permite Chrome.

El buscador por defecto (Bing) tampoco se puede cambiar en ese menú si seleccionamos un texto. En Firefox, por otro lado, podemos hacer una captura de pantalla de la web completa o de la parte que estamos viendo, guardar una página en marcadores, o sincronizarla con otro dispositivo si la tenemos activada. Un menú muy bien aprovechado en el caso de Mozilla, y muy dejado de lado por parte de Microsoft.

Personalización casi inexistente

De una manera similar al punto anterior, las opciones de personalización en Edge son casi inexistentes. Más allá de poder poner los bordes de la interfaz oscuros, no podemos eliminar determinadas opciones. En Firefox encontramos muchas más opciones de personalización.

Falta de extensiones

Este problema es quizá el mayor lastre que esté sufriendo Edge desde su lanzamiento, y que no se ha solucionado en los últimos meses con la llegada de las extensiones. Así, de momento sólo hay unas 64 extensiones en total en la Microsoft Store, con algunas básicas como bloqueadores de anuncios, gestores de contraseñas, cargadores de scripts, y poco más.

Para justificar esto, Microsoft ha afirmado que prefiere calidad a cantidad (un enfoque similar al de Apple para su tienda de apps), lo cual tiene consecuencias positivas y negativas. Las positivas es que, al llegar menos extensiones, éstas se analizan más detenidamente y se evita que aparezcan extensiones maliciosas. Por otro lado, no tienes extensiones para personalizar cosas de uso básico como poder hacer capturas de pantalla, eliminar datos de navegación con un solo click, añadir gestos con el ratón, etc.

Estos problemas podrían llegar a tener solución en el futuro si van llegando más extensiones, pero de momento el navegador está sufriendo algo similar a lo que le ha ocurrido a Windows Phone: poca variedad de apps debido a pocos usuarios.

No poder ver los certificados

Personalmente, que un producto nuevo pierda una función que ya tenía su versión anterior me pone de los nervios. Una de ellas es que Edge no permite ver en detalle los certificados de las páginas web que estamos viendo, a pesar de que Internet Explorer sí que lo permitía en el pasado. Si pulsamos en el candado al lado de la URL en Edge, sólo podremos ver quien firma el certificado y si la URL que estamos visitando es real. En Chrome o en Explorer podemos ver mucha más información, como la fecha de validez del certificado y todos sus valores y detalles pormenorizados.

De momento, algunos fallos del pasado ya se han arreglado, como el sincronizar favoritos con el móvil (lo cual se puede hacer ahora con la app para móviles), o la función de modo a pantalla completa (que se activa con el complejo comando de Shift + Windows + Enter). Además, Edge tiene otras funciones, como lector de libros electrónicos o visor de PDF.