Al ritmo de una canción

Me miro a los ojos a través del espejo y sonrío. Bailo. ¿Tú también bailas cuando estás en el baño? "I belong with you…" También canto. Mal. Pero lo hago. La música me acompaña siempre que puedo. Si no me sé la letra, silbo. También canta Mi Survivor a unos metros míos. Su canción no tiene nada que ver con el ritmo tranquilo que escucho ahora de "The Lumineers". Ella le canta a sus muñecos. Los ha sentado en círculo en el suelo. Les canta. O les está explicando alguna cosa. Uno de ellos se ha debido portar mal. Está siendo regañando. La escucho. Me la imagino con el dedo en alto mirándole desde arriba. Sigo cantando ahora que he terminado de lavarme los dientes.

Figura 1: Al ritmo de una canción

Me miro al espejo. La ducha después de hacer bicicleta estática me ha sentado de maravilla. Tengo el pelo mojado. Lo peino con el cepillo. Hago los coros…"Ho Hey!". Se recuerda al Hey Ya que tanto me gusta. Quién me iba a decir que mis cuarenta y dos años iban a ser así. Me echo la crema corporal mientras suena algo que se ha caído al suelo. Algo le ha pasado a Mi Survivor. Ya estoy acostumbrado. Nada pasa. No hay sangre. No sería la primera vez que tengo que correr para llevarla a urgencias. No ha sido gran cosa esta vez. Creo. El ritmo de la casa no cambia.

Mi Hacker se enfada. Sale de su cuarto. Se ha asustado. Estaba dibujando la portada de un cuaderno que se ha construido ella. "You belong with me". Sigue la música. Me ha encantado la canción y la he puesto en modo repetición continua en Spotify. Meneo la cabeza pensando: "¡Qué desastre!". Me río solo. Me veo las arrugas en el espejo cuando lo hago.

Termino con las cremas. Me curo la cicatriz de la última operación con Rosa de Mosqueta. Canto. Doy una vuelta sobre mí al ritmo de una palmada. Mi Hacker pregunta que qué hago. "Me estoy arreglando". Tomo el colutorio bucal mientras me pongo la ropa. Calcetines negros. Calzoncillos negros. Pantalón negro. Camiseta de manga larga a rayas. Camiseta de manga corta negra. Hago unos coros.

Mi Hacker me dice que es una casa de locos. Que no puede concentrase si yo canto y bailo y su hermana rompe cosas. Salgo corriendo detrás de ella y la alzo por los aires haciéndole cosquillas. La lanzo sobre la cama y se queja. Se ríe. Mi Survivor ha olido sangre y ha venido corriendo a tirarse encima de todos. Creo que ha batido el record de velocidad esta vez. La música sigue sonando por el Jabra para enmarca la batalla campal que tiene lugar sobre la cama.

Figura 2: The Lumineers - Ho Hey!

Tardo unos minutos en deshacerme de ellas y tranquilizar el alboroto que he generado. Vuelvo al baño. "I belong with you" sigue cantando el ambiente. El ritmo tranquilo y machacón de esta canción me relaja. Me trasporta a un momento de calma en mi vida que huele y sabe bien. Como éste. Me vuelvo a peinar. Me echo el tratamiento del cabello para después del baño. Me peino otra vez, pero en esta ocasión con los dedos de mis manos. Canto. "You belong with me, You're my sweetheart". Me encanta este momento conmigo.

Me echo la crema de la cara. La crema con protección solar. Silbo. Toca la vaselina para que no se corten los labios. La barra de labios de la vaselina me la trae a la memoria. ¿Qué estará haciendo ahora? Me acuerdo de cosas malignas. Sonrío. Me salen las arrugas en los ojos. "Ho Hey!". Me echo la colonia. Mucha y apretada. Me gusta oler bien. Me miro a los ojos a través del espejo. Me dedico una sonrisa. Me pongo la goma del pelo en la mano. Meto los Powerbeats en el bolsillo del pantalón. Apago el Jabra. Se acaba la música. Apago la luz. Cierro la puerta del baño.

Saludos Malignos!

Via: www.elladodelmal.com
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