Cómo convencer a tus padres o pareja de que necesitas un PC gaming para trabajar
Prácticamente todos necesitamos tener un ordenador en casa. El problema es que muchas veces queremos poner mejores componentes en él para poder usarlo también para jugar puntualmente. Esta mejora es difícilmente justificable desde el punto de vista del trabajo, pero siempre se pueden esgrimir algunos argumentos para poner mejores componentes, como los que tiene un PC Gaming.
PC Gaming: ¿justificable para trabajar?
Normalmente, cuando elegimos un ordenador, ya sea de sobremesa o portátil, y no lo vamos a usar para jugar, nos solemos contentar con apenas 300 o incluso hasta 500 euros de presupuesto. El problema es que esa cifra es muy justa para tener un ordenador potente, y esto nos puede suponer un problema en el largo plazo porque se nos puede quedar anticuado antes de tiempo.
Por ello, tenemos que resaltar el tipo de trabajo que vamos a hacer y qué tipo de programas vamos a utilizar en él. Por ejemplo, para Photoshop o Premiere Pro necesitamos tener algo más que un procesador potente y su tarjeta gráfica incorporada, por lo que ahí es justificable el uso de una tarjeta gráfica dedicada como las que puede equipar un ordenador gaming.
Así, podemos encontrar ordenadores relativamente asequibles con tarjetas como una GTX 1050 Ti o una GTX 1060 de 3 GB. Por ejemplo, un ordenador como el HP Pavilion Power 580-124ns, con una GTX 1050 y un i5-8400 puede cumplir bastante bien su cometido. Lo único que le falta es un SSD, el cual es imprescindible si queremos tener un rendimiento en condiciones. Lo bueno es que eso se lo podemos añadir posteriormente.
Una tarjeta gráfica dedicada y un SSD: prácticamente imprescindibles hoy día
Por supuesto, también puedes montarte un PC Gaming por piezas, aunque debido a la subida de precios es bueno que eches un ojo a ordenadores ya hechos de fabricantes como la ya mencionada HP o Medion, pues podemos encontrar buenas ofertas.
Con una tarjeta gráfica dedicada podemos usar programas como los mencionados de Adobe, y cualquier otro que requiera renderización en 3D. La clave de un ordenador gaming frente a uno normal es que éste tiene normalmente un rendimiento superior gracias, sobre todo, a llevar una tarjeta gráfica dedicada. Si lo vas a usar para consumir contenido o para escribir, probablemente te sea suficiente con la tarjeta gráfica integrada si compras un ordenador con procesador Intel.
Sin embargo, a poco que vayas a realizar tareas de cierta complejidad, como es el caso de jugar, edición de vídeo, edición de imágenes con muchas capas, o cualquier tipo de programa que requiera el uso de elementos y renderización en 3D, tendrás justificado el comprar un ordenador gaming. Y encima tendrás la ventaja de que podrás usarlo para jugar, pudiendo ahorrarte el dinero de comprarte una consola aparte.
Relacionado:https://www.adslzone.net/categoria/hardware/
Via: www.adslzone.net