Actualmente los móviles graban a velocidades como 4K a 60 fps, o 1080p a 240 fps en el caso de los de gama alta. Las cámaras más potentes del mercado y que se utilizan para grabar a cámara lenta alcanzan hasta 1.000 fps. Sin embargo, un grupo de científicos ha querido ir más allá, y van a crear una cámara capaz de grabar a 100 millones de fps.

La cámara permitirá entender mejor un nuevo tratamiento contra el cáncer

Una tasa de fotogramas tan alta probablemente no tenga ninguna ventaja en el mundo real, pero en el ámbito científico puede llegar a proporcionar información que hasta ahora era imposible obtener. Por ejemplo, permite a los científicos ver los efectos que tiene una medicina a la hora de distribuirse por un tumor, pudiendo ser más precisos a la hora de aplicar un tratamiento analizando detalles microscópicos que ocurren muy rápido.

El equipo ha desarrollado partículas que pueden transportar el fármaco y que son sensibles a ultrasonidos. Cuando se encuentran en el tumor, emiten ultrasonidos para activar las partículas; y ese efecto sólo pueden verlo correctamente con esta cámara de 100 millones de fps. Con ella entenderán mejor cómo funciona y podrán desarrollar un nuevo tratamiento para curar el cáncer.

Las mejores cámaras actuales no alcanzan la resolución o el número de fotogramas por segundo necesarios para poder conocer esto, por lo que han tenido que crear esta nueva cámara. Su desarrollo se está llevando a cabo en el Instituto Rosalind Franklin de Reino Unido con la colaboración de las universidades de Cambridge, Manchester, y el Imperial College London.

Un megapíxel a cambio de poder grabar a 100 millones de fps

Esta cámara grabará 100 millones de fotogramas por segundo a una resolución de un megapíxel, pudiendo funcionar en los espectros infrarrojo y ultravioleta. Las mejores cámaras actuales se quedan en “sólo” 25 millones de fotogramas por segundo.

Nada más que el sensor de esta cámara cuesta 2 millones de dólares, siendo básicamente una versión hipersensible de un sensor como los que usamos en nuestras cámaras. Este es el componente más caro, y el resto de elementos ópticos, partes electrónicas y el trabajo de ensamblaje se llevan otros 4 millones de dólares.

Aunque inicialmente pueda parecer muy caro, los investigadores dicen que la inversión merece la pena. Actualmente se encuentran investigando posibles usos para esta cámara relacionados con el cáncer, como los que mencionábamos de ver cómo se distribuye un fármaco, o ver si un órgano está recibiendo suficiente oxígeno o si hay algún vaso sanguíneo atascado. También puede ayudar a detectar el Alzheimer en fase temprana, pudiendo ayudar a ralentizar el desarrollo de esta enfermedad.

El primer prototipo funcional de esta cámara estará listo en dos años, y esperan poder tenerlo funcionando a pleno rendimiento dentro de tres años.