Desde hace un tiempo, si comparamos las ventas de los dispositivos móviles con las de los PCs tradicionales, no cabe duda de que estos últimos salen perdiendo, tendencia que muchos consideran que va a continuar los próximos años, por lo que quizá los fabricantes y distribuidores de estos equipos de sobremesa o portátiles, tengan que cambiar su modo de funcionamiento.

En estos momentos en todo el mundo hay unos 2.000 millones de dispositivos Android en funcionamiento, mientras que Apple afirma que hay otros mil millones de dispositivos con iOS, mientras que los PCs en uso se encuentran en torno a los 1.400 millones, incluyendo alrededor de 100 millones de sistemas macOS. Por tanto, podemos decir que hay alrededor de 4.400 millones de dispositivos con procesadores y sistemas operativos funcionando en estos momentos, aunque menos de un tercio de ellos son PCs tradicionales.

Exceptuando algunos picos temporales, las ventas de PC, incluidos los portátiles, siguen su tendencia a la baja, ya que muchos usuarios han descubierto que pueden hacer buena parte de su trabajo en un teléfono o tableta. Mientras que en el pasado actualizar el PC cada pocos años era algo habitual, esa es una tendencia que ha descendido enormemente a medida que los procesadores y sistemas de almacenamiento han ido evolucionando.

Lo contrario ha venido sucediendo con los dispositivos móviles, ya que es habitual que los usuarios cambien a modelos más modernos y potentes con mucha mayor frecuencia, por lo que quizá los fabricantes y distribuidores de los equipos de sobremesa y ordenadores portátiles, como hemos comentado, quizá deberían empezar a estandarizar la comercialización de los PCs como un servicio.

Ventajas que los PCs como servicio traerían de la mano

Esto sería muy beneficioso tanto para los propios fabricantes y distribuidores de estos equipos, como para los usuarios finales, ya que por ejemplo se podría ofrecer un plan anual de actualización de sistemas de sobremesa, pudiendo así contar con los equipos más potentes y atractivos en todo momento.

Al mismo tiempo habría que ofrecer un eficaz soporte técnico para estos equipos, algo que sería útil tanto para usuarios como para empresas, ya que sería uno de los puntos más importantes para que estos servicios llegasen a buen puerto y tuviesen una aceptación masiva.  Esto además facilitaría en gran medida las actualizaciones software para las aplicaciones usadas en estos equipos, incluido el propio sistema operativo Windows, algo para lo que los usuarios, más viendo lo que está pasando últimamente, cada vez son más reacios.

Pero estos PCs como servicio requerirán grandes cambios de mentalidad, tanto por parte de los vendedores como por los usuarios, aunque beneficiaría a ambas partes, sin tener que perjudicar en absoluto al mercado móvil ni frenar su actual crecimiento.

Y es que mientras que no se puede negar el hecho de que mucha gente está usando tabletas y teléfonos para hacer todo tipo de trabajos que antes se realizaban con un equipo de sobremesa, la experiencia de los PCs como servicio debería ser lo suficientemente competitiva para convencer a los usuarios de que los equipos de sobremesa siguen siendo una opción válida en el día a día.