Así funciona la conexión Wi-Fi durante un vuelo
En los últimos años hemos podido ver que cada vez es más frecuente encontrarnos con la posibilidad de acceder al Wi-Fi en un avión. Esto es algo muy interesante, especialmente en aquellos vuelos muy largos en los que podemos estar 10 o 12 horas montados. Lógicamente no podemos esperar grandes velocidades o una gran estabilidad. Pero para lo básico, para enviar mensajes, realizar una búsqueda o consultar el correo, puede ser más que suficiente. En este artículo vamos a explicar cómo funciona el Wi-Fi durante un vuelo. Ya vimos que un aeropuerto es el lugar más peligroso para conectarse a Internet.
Hay que tener en cuenta que todavía no son muchas las aerolíneas que permiten conectarnos a Internet. Algunas lo ofrecen de manera gratuita, mientras que otras son de pago.
Cómo funciona el Wi-Fi durante un vuelo
Hay que mencionar que hay dos maneras de que en un avión haya Internet. La primera, la más económica y sencilla, es a través de las antenas terrestres. Básicamente funciona gracias a las antenas que hay en el avión, en la parte inferior, apuntando hacia el suelo. Al pasar por antenas móviles pueden obtener red.
Eso sí, esta conexión como podemos imaginar no es muy estable y está limitada en cuanto a velocidad. También está limitado a ciertas zonas. Ya sabemos que este tipo de antenas se encuentran en los núcleos urbanos. Si el vuelo pasa por una zona desértica o, como mejor ejemplo, por un océano, no habrá antenas. Este método se llama Air to Ground. Siempre podemos realizar un test de velocidad y comprobar los resultados en un vuelo.
Conectarse a través de satélites
Otra forma de conectarse al Wi-Fi en un avión es a través de satélites. Las aeronaves cuentan con un sistema de antenas que pueden conectarse a los satélites. Estos satélites a su vez están conectados con un sistema en tierra. La velocidad es mucho mayor que el método anterior, aunque también dependerá de factores como el número de aviones conectados a ese satélite, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que ninguno de los dos métodos puede ofrecer velocidades realmente grandes. En el primero, cuando se conecta a antenas terrestres, podemos tener, en el mejor de los casos, unos 3 Mbps de velocidad. En el segundo, sobre el papel se podrían alcanzar los 70 Mbps. Sin embargo esta velocidad es raro verla.
El uso de Internet, limitado por el momento
Por otra parte, las propias compañías limitan en cierta medida el uso de Internet. Ofrecen un máximo de ancho de banda por usuario o no permiten que se reproduzcan vídeos en Streaming, por ejemplo. Es lógico. Si todos los usuarios se pusieran a ver vídeos de YouTube, la conexión caería.
Si hablamos de futuro, cabe esperar que cada vez sean más las compañías que ofrezcan este servicio. Además, la tecnología mejorará y podremos conectarnos con una mejor calidad. Eso sí, habrá que esperar todavía unos años. De momento habrá que conformarse con poder tener Internet en algunas rutas, aunque sea solo para mandar un WhatsApp o consultar el correo electrónico.
Via: www.redeszone.net