Windows 10 tiene muchas cosas buenas, pero también tiene algunas malas. Entre las malas encontramos que el sistema operativo nos obliga a reiniciar el ordenador en muchas ocasiones, a pesar de que nos venga mal. Por suerte, el sistema operativo ha ido mejorando con el paso del tiempo, y ya nos deja retrasar las actualizaciones grandes hasta 1 año, mientras que las mensuales podremos retrasarlas hasta 7 días en Windows Home; algo que ya se podía hacer en la versión Pro con hasta 35 días. Sin embargo, esto no es suficiente para muchos usuarios.

No puede ser que Windows se reinicie cuando se está usando el PC

Por ello, investigadores de la University College de Londres han realizado una encuesta con 93 participantes, en la que se demostró lo frustrante que es el proceso de actualizaciones en Windows 10. Entre los principales problemas que se encontraron los usuarios tenemos que no estaban familiarizados con las opciones que ofrecía el sistema operativo, así como disponibilidad de información limitada a la hora de tomar decisiones sobre cuándo instalar los parches.

Llega un momento en el que el sistema operativo tiene que reiniciarse de manera obligatoria, aunque ofrezca la posibilidad de irlo retrasando. En opinión de los investigadores, Windows no debería poder reiniciar el sistema operativo sin el permiso expreso del usuario. A su vez, también afirman que esto es necesario por la forma unilateral que tiene Microsoft de actualizar el sistema operativo para arreglar fallos o vulnerabilidades.

Microsoft tiene que replantearse la forma de lanzar las actualizaciones en Windows 10

Para prevenir estos problemas, el sistema operativo introdujo las horas activas, en las cuales estamos usando el ordenador y podemos impedir que el PC se reinicie, aunque finalmente hay que sucumbir. El resultado es un ordenador más seguro, pero uno que puede llegar a impedir utilizar el sistema operativo con normalidad. Por no hablar del excesivo consumo de recursos en un ordenador poco potente cuando llevamos mucho tiempo sin usarlo y empieza a descargar actualizaciones a mansalva y llega a bloquear la CPU.

La conclusión del estudio es muy sencilla: los usuarios necesitan más información sobre las actualizaciones de sus ordenadores, y más control sobre cuándo han de instalarse. Además, es muy difícil distinguir cuándo se está instalando una actualización de seguridad, y cuando se está instalando una que añade funciones.

De los 93 encuestados, solo el 28% conocían que la función de Horas activas estaba disponible en el sistema operativo. Por ello, es necesario comunicar mejor con los usuarios estas funciones y hacerlo de una manera más transparente. En última instancia, también es necesario mejorar la calidad de las actualizaciones para evitar introducir fallos como ocurrió con Windows 10 October 2018 Update.