Una Década En La Piel: 10 Años En La Gran T.
He contado muchas veces en privado cuál fue el largo camino que me llevó a terminar trabajando en Telefónica. Un cúmulo de mucho trabajo, muchos viajes, muchas charlas, muchas casualidades, y la voluntad de la compañía de que yo me uniera al equipo de esta casa. No voy a contaros ahora la historia, que es larga y me la guardo para otro día, pero lleva viajes a Brasil, Perú, México, visitas a Wayra, charlas con Telefónica, y trabajos previos como proveedor para esta compañía desde Informática64. Todo esto es la historia antes del 1 de Febrero de 2012, donde yo firme mi primer contrato con Telefónica, para trabajar en un proyecto al que puse de nombre Talentum y con el que comencé a trabajar junto a personas maravillosas en esta casa.
Después de eso, ya os he contando muchas veces mi vida en Telefónica. En 2013 comienzo un nuevo viaje como CEO de ElevenPaths, en 2016 como Chief Data Officer que es cuando mucha gente piensa que entro a trabajar en Telefónica como "fichaje estrella" (nada más lejos de la realidad) , en 2019 como Chief Digital Consumer Officer y el año pasado ya como Chief Digital Officer, para cumplir hoy, una década trabajando en esta compañía. Y no puedo estar más feliz y agradecido por estos diez años en esta casa.
Telefónica es una compañía especial. Única. Con casi de 100 años de vida. Con un alma diferente. Y tiene un impacto en el mundo difícil de explicar. Cuando entré, pasé tiempo hasta que pude empezar a tener siquiera una imagen de lo que esta compañía es y significa.
Me decía mi compañero Enrique Blanco - al que solo puedo respetar, querer, abrazar y agradecer todos los consejos, apoyos y ayudas que me ha dado desde el día uno que me leyó la cartilla - que sería becario en Telefónica hasta que cumpliera 10 años de antigüedad en esta casa. Hasta hoy. Que mientras llevara menos tiempos, sólo sería un becario porque hace falta tiempo para asimilarla y entenderla.
Lo cierto es que ya han pasado esos diez años y es ahora cuando entiendo mucho mejor esas palabras. Y da mucho más vértigo. Diez años en una compañía es un periodo de tiempo suficiente como para que te deje marcas en la piel. Como para que te quedes impregnado de su esencia para siempre. Para que al explicar mi vida personal y profesional haya que hacerlo contando mi paso por Telefónica sí o sí. Mis vivencias aquí. Mis proyectos. Mis compañeros. Para que sea imposible contar mi vida sin hablar de esta empresa, y de las personas que la hacen posible día a día.
Figura 5: Año 2015 Business Solutions Quito (Ecuador) como CEO de ElevenPaths
En estos diez años, que os prometo que en una empresa como esta son casi como veinte años - que vamos a hito diario -, no he conseguido desenamorarme con el paso del tiempo, sino justo lo contrario, y enamorarme más cada año y cada día, hasta llegar a este día de hoy.
Y es que con lo que está acelerándose el mundo de la tecnología, estar en una empresa como es Telefónica te permite ser espectador y protagonista de esta revolución en primera persona. Y yo, que tengo la suerte de ser trabajar en tecnología con los equipos de innovación, de datos, de producto, de servicios digitales, de transformación... con doble motivo de disfrute.
Qué más que sentirme afortunado con esta década.
Y a pesar de que para mí es un montón de tiempo, solo es un poco más de un diez por ciento de los años de historia de esta compañía. Solo un poco de lo mucho que todos lo que han trabajado y trabajan en todos los rincones del planeta, de lo que todos los empleados que han sido y son parte de esta empresa, han construido.
Yo lo vivo como un chaval de Móstoles que trabaja en una empresa maravillosa que te exige y se conforma sólo con lo mejor y aún más de ti. Es una empresa con la que, si te gusta la tecnología, tienes que enamorarte porque te va a exigir mucho. Y si te enamoras le darás todo. Mucha vida. Mucha parte de ti. Llena mucha parte de tu esencia. De tu día a día. De tu noche a noche. De ser una compañía que trabaja 24 horas alrededor del reloj en varios continentes. La gran T.
Ahora, que ya llevo años, y veo a mis compañeros en una reunión u otra reunión, nos miramos diferente. Se tiene otra mirada. Con esos compañeros con los que has estado en mil batallas, los sientes de forma especial. Cuando has estado a su lado en diferentes puntos del campo de batalla hay una conexión especial que se nota entre los empleados de esta casa.
Nos ha tocado bailar en frente. Al lado. En infantería, caballería, de zapadores o en intendencia. Y después, cuando te los encuentras en una reunión, y ves esa mirada en sus ojos, de llevar años contigo criando cicatrices en la piel con forma de T, te das cuenta de lo que significa esta empresa para los que nos sentimos parte de ella. Con todo lo bueno, y con todo en lo que trabajamos para mejorar día a día.
Son diez años los que llevo tatuados en la piel, donde he hecho muchas cicatrices a fuerza de cable y bit, donde he tenido muchos abrazos, recompensas en forma de apoyos y hombros amigos, balas cruzadas, fuego de no sabes muy bien dónde, mucha euforia, mucho estrés, mucha tensión, mucha intensidad. Piñas de personas que se abrazan a ti cuando hace frío y te dan la mano cuando los kilómetros pesan en las piernas. Tú toca la tecla, yo te pinto la valla. Eso se ha convertido en mucha complicidad con los compañeros de batallas. En muchas reuniones con miradas silenciosas diciéndonos cosas para sacar en tiempo y forma proyectos únicos, que de otra forma nunca hubieran salido.
Mucho de todo lo que es vivir una empresa con emoción, con ganas, con vitalidad, con ganas de mejorar la vida de las personas con proyectos que sean reconfortantes en sí mismo. Y para mí se ha convertido en algo mucho más que un trabajo. Es una forma de vida. Y es la forma de vida que he elegido seguir viviendo. Siento que he sido privilegiado por vivir esto, y cada día y minuto que siga levantándome pensando en Telefónica y acostándome pensando en Telefónica seguir sintiéndome privilegiado. Que sean muchos más años los que pueda seguir sirviendo a esta empresa con mi energía.
¡Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)
Via: www.elladodelmal.com
Una Década En La Piel: 10 Años En La Gran T.
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